De una Pyme a una Gran Empresa-Cr. Enrique Federico Hirzberger
🕔 25 de Septiembre de 2015
Durante las Jornadas Nacionales Pyme FACPCE que se desarrollaron en San Martin en Octubre 2013, expuse sobre un trabajo de la Comisión Pyme de la Federación acerca de la parametrización de las pequeñas y medianas empresas. Enfaticé un aspecto de este trabajo y es que no solo importa el volumen que manejan las empresas sino que hay que destacar la calidad de su organización para clasificarlas.
Tradicionalmente, una empresa sale de la categoría a Pyme y comienza a ser una gran empresa cuando supera un cierto volumen de facturación. Otros le agregan un cierto número de empleados y capital invertido. Esto a primera vista parece cierto, pero puede ser ilusorio.
Muchas Pymes, por circunstancias fortuitas o habilidad emprendedora de su fundador, llegan a superar parámetros cuantitativos para luego derrumbarse por fallas internas de la empresa.
El empresario, cuando ve la oportunidad de crecer no debe desperdiciarla, ya que las circunstancias favorables no se ven todos los días.
Lo que si debe hacer es prepararse todos los días para que su empresa esté en óptimas condiciones para aprovechar las circunstancias favorables.
En definitiva, debe mejorar la calidad de su empresa para que sea competitiva.
Al principio, funciona como si el personal del fundador fueran una extensión y reflejo del mismo. Todos hacen cualquier tarea y la contabilidad y controles son rudimentarios, pero al crecer debe comenzar a tener unas características de calidad y orden en varios aspectos.
Debe tenerse en cuenta los principios de la sistémica. La misma nos advierte que sobre cualquier acción que realicemos en alguna parte de la organización, esta tendrá consecuencias en todas las partes de la misma, tanto para bien como para mal.
Cuanto más quiera crecer una organización, más debe mejorar sus aspectos internos.
Aspectos que deben optimizar una Pyme para aspirar a ser una Gran Empresa.
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Organización: hablamos de una coordinación de esfuerzos, división del trabajo y jerarquías en la decisión empresaria. Su mayor exponente, el nivel directivo, estará formado por uno o varios propietarios o directores profesionales que toman las decisiones y delegan autoridad en estamentos menores. Si una Pyme no llega a tener directores capaces de delegar, es muy difícil que pueda pasar a un nivel superior. El crecimiento de la empresa hace imprescindible este paso si los fundadores no quieren ser abrumados por los pequeños detalles del quehacer diario.
El empresario que atiende personalmente cada detalle de su empresa, no está en condiciones de promover su crecimiento.
A veces para crecer se debe apelar a una fusión o trabajo coordinado con otros entes y para ello el empresario tiene que sentir el rumbo de su empresa.
Si la delegación de responsabilidades no es una premisa de la empresa en lo interno, mucho más difícil será hacerlo con alguien externo.
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Personal: al principio la Pyme se maneja con personal no calificado y toda responsabilidad recae sobre sus fundadores. Cuando la empresa crece eficientemente deberá contar con :
a) Profesionales que estén capacitados para dirigir los aspectos técnicos de la empresa y asesorar a los dueños.
b) Personal especializado con empleados formados en la cultura de la empresa, que sepan comprender las directivas técnicas y puedan llevarlo a cabo correctamente.
c) Personal calificado, que es aquel que se encuentra en un rango menor pero están en la categoría máxima de convenios colectivos o lo superan.
d) Personal no calificado, aunque necesario para un salto en crecimiento hacia la gran empresa, es el más sencillo de incorporar y formar por lo que no debe ser sobreabundante.
Lo ideal es tener el mínimo personal necesario, bien remunerado y con todas las leyes laborales en regla, ya que eso creará un clima favorable de trabajo.
Cuando la oportunidad de crecer llega a la Pyme, tiene que estar a la altura de las circunstancias y contar con el material humano adecuado.
3) Información: la libreta de entradas y salidas de caja del pequeño empresario es muy útil en los primeros tiempos, pero insuficiente cuando se crece.
Llegar a manejar los registros sistemáticos a través de sistemas de gestión debería ser la prioridad de una Pyme que aspira a crecer.
La información precisa en el momento que hace falta es la herramienta imprescindible con que debe contar un empresario que pretende tener una gran empresa.
No debería tomar esas decisiones sin consultar esa información y con toda seguridad necesitará apoyo de instituciones financieras que le solicitarán informes comerciales muy sensibles. Lo mismo ocurrirá si se le presenta la oportunidad de cotizar en bolsa o necesita una certificación de su calidad administrativa.
4) Planificación: todo emprendedor planifica mínimamente para su empresa. Ninguno espera que se le termine el combustible o la materia prima para su producción.
Lo crucial es con qué anticipación se realiza esa planificación. A medida que la Pyme crece, la planificación debe proyectarse a más tiempo hacia el futuro.
Una vez superadas las implementaciones del presupuesto anual y los planes de desarrollo comercial y productivo a dos años, la Pyme que aspira a gran empresa debe encarar una planificación estratégica a más de dos años. En esta proyección debe centrar su mirada en la misión, visión y objetivos que piensa alcanzar en el futuro.
No son solamente volúmenes de ventas sino personal, herramientas y planificación productiva y financiera de los emprendimientos a encarar.
Sin una planificación integral y a largo plazo, no es posible un crecimiento sostenido que lleve a una Pyme a convertirse en una gran empresa.
5) Tecnología: Es fundamental el grado de permeabilidad de la Pyme en incorporar tecnología, tanto a su planta productiva como a su administración.
No se trata de incorporar ni la más moderna ni la más cara, sino la que se adapte mejor a su nivel de actividad presente y proyectada.
En la medida que crece la Pyme, pasará de un reemplazo de fuerza de trabajo humano y tecnología antigua por maquinarias y sistemas más eficientes.
En una etapa superior, la tecnología será a la medida de la empresa y en las últimas etapas antes del salto a la gran empresa, la tecnología será parte de su desarrollo propio.
No se puede competir en inferioridad de condiciones.
La tecnología nunca reemplazará al emprendedor y a su equipo humano pero sirve para hacerlo más eficiente y competitivo.
Conclusión:
El paso de una Pyme a una gran empresa se puede medir por los volúmenes que maneja en ventas, inversión, personal subalterno y equipo de dirección pero la transición y la permanencia depende de:
Una política sana de crecimiento interno y su inserción en el mercado.
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Una organización encabezada por un directorio que sea consciente que no se puede delegar la responsabilidad, pero es indispensable delegar la autoridad para poder crecer.
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Un mínimo de personal, con un máximo de capacitación y motivación en las tareas que deben realizar donde cada uno sepa en qué dirección se mueve la empresa y así acompañarla.
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Información confiable, útil en su contenido y provista en el momento que se necesita, para cada sector de la empresa.
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Planificación a un plazo lo mayor posible, para que la dirección sepa como impactará cada decisión que se tome y sea lo suficientemente flexible para adaptarse a las nuevas circunstancias.
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Tecnología adaptada al actual volumen de trabajo, pero con el suficiente margen para responder a mayores exigencias.
Esto es válido para cualquier etapa de una Pyme, pero si pretende llegar a gran empresa y permanecer en esa categoría, deberá observar con el mismo celo los mercados como el desarrollo interior de su empresa.
Cuando una Pyme llega al máximo de su desarrollo y optimiza su organización, personal, información planificación y tecnología, el paso a gran empresa solo es su natural consecuencia.
Fuente: Revista del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Provincia de Bs.As