Los “drones argentinos”

🕔 18 de Diciembre de 2016

Los “drones argentinos”

Prometen revolucionar la robótica móvil. Son vehículos aéreos no tripulados que vuelan por sus propios medios y pueden auxiliar a las personas en tareas complejas. Conocidos comúnmente como “drones”, aparentan ser la nueva moda en el aeromodelismo y las filmaciones de eventos. No obstante, existen interesantes usos de estos robots en el campo de la salud, la agricultura y el medio ambiente.

¿Es un pájaro, un avión? No, es un VANT, un vehículo aéreo no tripulado capaz de volar por sus propios medios, y que no transporta al piloto que lo navega. Existen dos modelos principales: los de ala fija (se asemejan a pequeños aviones) y los de hélices (multicópteros cuya cantidad de rotores puede variar). Como muchos otros desarrollos tecnológicos, comenzó con las investigaciones militares, especialmente en el campo de la inteligencia. En los últimos años su uso cobró popularidad a partir de la reducción de los costos de sus componentes principales –control remoto, antenas, cámaras de video–, la miniaturización de sus componentes y la relativa facilidad para operarlos.

Por su mención constante en los medios masivos de comunicación, empezó a ser reconocido por la palabra drone. Etimológicamente la palabra proviene del término en inglés, que significa abeja o zángano. El sonido característico de los drones es el del zumbido; eso explica la analogía con la naturaleza ya que parece imitar el zumbido de las abejas durante su vuelo.

Los drones se volvieron más codiciados cuando aparecieron como un producto de consumo en cadenas de electrodomésticos y sitios de comercio electrónico de Argentina. Hoy en día, los aficionados tienen la posibilidad de volar cuadricópteros (drones de cuatro hélices) livianos y con baja autonomía de vuelo. También es común observarlos en un espectáculo al aire libre, donde se utilizan para filmaciones. Todo ello emulando a un avión a control remoto, aunque un poco más sofisticado, ya que no son un “juguete”, ni mucho menos (ver Regulación para el uso de drones en Argentina).

No sería ficticio pensar que, en un futuro próximo, estos nuevos robots convivan en el espacio aéreo con otros vehículos. Pero, dejando la futurología de lado, en Argentina, como en otros países, los robots vigías para defensa, seguridad y control están en el centro de la escena. El proyecto SARA (Sistema Aéreo Robótico Argentino) surgió en 2010 por iniciativa del Ministerio de Defensa, con el objetivo de dotar a la defensa nacional de sistemas aéreos no tripulados para la vigilancia de los grandes espacios aé- reos, terrestres y marítimos del país. Para ello INVAP se encuentra trabajando en el desarrollo de los primeros modelos de VANT. Al mismo tiempo, desde hace dos años existen drones para realizar actividades de fiscalización por parte de los organismos de control tributario. La Agencia de Recaudación de Buenos Aires (ARBA) recurrió a uno de ellos para detectar propiedades no declaradas en distintas zonas de la provincia y notificar a sus dueños de sus obligaciones tributarias. Lo hecho por la agencia recaudadora no hizo más que seguir los pasos que ya se habían dado en otras entidades. Por ejemplo, en 2013 el Municipio de Tigre incorporó estos vehículos para complementar tareas de seguridad ciudadana.

 

Otras de las aplicaciones que se está desarrollando en Exactas es un sistema de monitoreo de bosques nativos utilizando VANT. No se cuenta con la cantidad de ingenieros suficientes para relevar las especies de todas las provincias, con lo cual no se termina cumpliendo la Ley de Bosques”. El proyecto involucra utilizar drones para tomar fotografías, registrando nuevas imágenes de la superficie del bosque y con esa información generar un mapa para conocer las zonas donde haya agujeros, identificando y clasificando cada especie de árbol. Esto complementará el trabajo humano para relevar zonas deforestadas

Desde el laboratorio de Exactas explican que también han tenido consultas para utilizar este tipo de tecnologías en detección de incendios forestales, conteo de poblaciones de animales en peligro de extinción y monitoreo de líneas de alta tensión. Por otra parte, en el Instituto de Automática –perteneciente a la Universidad Nacional de San Juan y el CONICET– unos diez investigadores se encuentran trabajando con robots aé- reos multicópteros en aplicaciones de agricultura de precisión. “Contamos con diferentes proyectos que permiten generar un mapa georeferenciado del estado de los cultivos, hacer un seguimiento de los mismos mediante índices de estado vegetativo, de estrés hídrico y saber con precisión qué cantidad de agroquímicos aplicar en cada sector”, precisa Ricardo Carelli, director del Instituto de Automática, docente e investigador.

 

Otro interesante proyecto es el uso de un drone que asiste rápidamente en emergencias médicas, creado por médicos e ingenieros de la empresa Medivac. La iniciativa surgió a partir del modelo RoboKopter, un aparato polaco que los inspiró a adaptar un desarrollo local que pudiera actuar en situaciones donde es fundamental una rápida respuesta, tales como accidentes en rutas, incendios, derrumbes, catástrofes naturales o lugares con concurrencia masiva (un partido de fútbol o un recital). El desarrollo de los prototipos se está realizando en conjunto con la empresa Aero Spacio Films. “Tenemos un drone ambulancia ya testeado, un exacóptero que puede cargar un desfibrilador, un botiquín de primeros auxilios, una cámara 4K que puede transmitir en vivo y un micrófono con parlante para comunicarse con un asistente”, precisa el médico Diego Pereyra, CEO de Medivac y alma mater del proyecto.

 

En todos los casos la principal desventaja de los robots a hélice resulta la autonomía de vuelo, debido a que utilizan baterías eléctricas y tienen una importante limitación en el peso de las baterías que pueden cargar. Estos robots vuelan solamente entre 20 y 30 minutos, a diferencia de los VANT de ala fija que, al utilizar combustible, su autonomía se extiende a unas dos horas. Sin embargo, al no poder detenerse en un punto fijo, los vehículos de ala fija están más limitados para cumplir las tareas asignadas a los modelos de hélice.

 

Regulación para el uso de drones en Argentina

 

En noviembre de 2015 entró en vigencia el Reglamento Provisional de los Vehículos Aéreos No Tripulados aprobado por la ANAC, Resolución 527/2015, que regula su utilización en el país para “velar por la seguridad operacional de todos los demás usuarios del espacio aéreo así como la seguridad de las personas y los bienes en superficie”; teniendo en cuenta que aun no existe una reglamentación internacional sobre el tema.

 

Claves del Reglamento:

 

-La ANAC clasifica a los drones de acuerdo a su uso. Los artefactos de “uso recreativo o deportivo” son aquellos operados por diversión, esparcimiento, placer y sin otra motivación. Esta definición excluye su uso para “la fotografía o filmación no consentida de terceros o de sus bienes o pertenencias; la observación, intromisión o molestia en la vida y actividades de terceros; la realización de actividades semejantes al trabajo aéreo”. - Establece tres categorías de drones con respecto a su tamaño: los pequeños no pueden exceder los 10 kilos de peso vacío, los medianos pesan entre 10 y 150 y los grandes de más de 150 kilos.

- Los usuarios de aparatos de más de 10 kilos deben sacar un registro para usarlos en forma legal y están obligados a contratar un seguro de responsabilidad por los daños a terceros que pudiera ocasionar su operación.

-Quienes operen drones medianos y grandes deben “contar con aptitud psicofisiológica certificada por un hospital público, que dé cuenta de su aptitud visual y auditiva como así también de su motricidad fina”, requisito que se acredita cada dos años.

-Los menores de 16 años no pueden usar drones y aquellos que estén en la barrera entre los 16 y 18, solo podrán volarlos con la supervisión de un adulto. Además, el artículo 28 del reglamento advierte que “ningún miembro de la tripulación remota participará en su operación bajo los efectos del alcohol o drogas”. 

-Los drones pueden operar “exclusivamente en horario diurno y en condiciones meteorológicas visuales que permitan su operación segura”; por lo tanto, los vuelos nocturnos están expresamente prohibidos salvo que cuenten con una autorización excepcional del organismo. Los vuelos acrobáticos quedan también cancelados. 

-Los drones no pueden superar una altura máxima de 122 metros sobre el nivel del terreno. La ANAC también prohíbe la operación de vehículos aéreos pilotados a distancia en espacios aéreos controlados o dentro del área de influencia de aeropuertos.

 

Fuente: Ignacio Uman. http://revistaexactamente.exactas.uba.ar/

Nota publicada: 18 de Diciembre de 2016
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