Tener una marca propia
🕔 12 de Noviembre de 2016El comercio minorista y el pequeño comerciante necesitan dar más valor a sus propios productos y considerarlos una marca propia que les de una imagen fuerte y fidelice al cliente.
Hasta ahora las marcas propias eran exclusividad de los grandes distribuidores y las grandes cadenas que podían permitirse manufacturar y distribuir productos creados para sus necesidades y las de su público. Pero ahora, cada vez son más las pequeñas y medianas empresas que apuestan por crear sus propios productos pero distinguiéndolos como tal, con toda una estrategia de marca que los sustente.
Una marca propia representa una buena estrategia incluso para aquellas empresas que elaboran productos de calidad pero con un capital de trabajo limitado y que no poseen un canal de distribución fuerte. Por ejemplo, aquellas conformadas por un local o un número acotado de locales.
Elaborar un producto no significa tener una marca propia. Actualmente la decisión de incursionar en una marca propia, sin importar el tamaño de nuestra empresa, tiene que ver con considerar esos productos como un activo de la empresa y construir con ella una imagen que llegue al consumidor y lealtad en el cliente, valor muy buscado por el marketing especialmente hoy en día. Producto de las crisis económicas, muchas veces y a pesar del gusto del consumidor, la elección de compra es determinada por un único factor: el precio del producto. Crear fidelidad hará que el consumidor anteponga su lealtad por la marca y lo que a ella asocia (calidad, seguridad, efectividad, salud, etc) al valor precio.