Pensar Juarez

Como inmigrante a los Estados Unidos, mucha gente me pregunta que es lo que más destacaría de este país y mi respuesta siempre es la misma: 

En una reciente visita a mi ciudad natal fui, de pronto, consultada acerca de la posibilidad de iniciación de nuevos estudios terciarios y universitarios en Benito Juárez. La mentalidad abierta, progresiva y el compromiso con la sociedad juarense de los impulsores del proyecto me impresionaron gratamente. Como inmigrante a los Estados Unidos, mucha gente me pregunta que es lo que más destacaría de este país y mi respuesta siempre es la misma: la capacidad de trabajo, la solidaridad y el compromiso social de la gente.

Finalizado un postgrado en Oftalmología, mi primer trabajo voluntario en los Estados Unidos fue el servicio oftalmológico en las escuelas públicas, en busca de estudiantes con baja visión que no habían sido detectados aún. El diagnóstico temprano y tratamiento de esta condición en estudiantes de nivel primario logra la preservación de la visión y la prevención de la ceguera.

Es sorprendente el número de familias que no saben que hacer con sus hijos que no ven correctamente. Algunas de ellas no hablan bien el inglés y no saben a donde dirigirse y para mucho de ellos la situación es realmente desesperante. Después de 15 años siento la obligación de ayudar, ya no es un trabajo voluntario, es un compromiso personal. Este sigue siendo mi aporte voluntario, el que me da tantas satisfacciones profesionales como mi trabajo académico.

Transcurridos algunos años concluí que debería hacerlo en la Argentina, ya que cuando ejercí mi profesión, detectaba pacientes ambliopes (ojo haragán, que por defectos refractivos no corregidos tempranamente lleva a la pérdida de visión permanente, la cual es prevenible con diagnóstico temprano y tratamiento adecuado). Así surgió la idea de extender el trabajo voluntario que hago en los Estados Unidos a mi propio país, comenzando con Benito Juárez. Tuve la oportunidad de hacerlo en escuelas de la comunidad, de gestar proyectos junto a la Secretaría de Salud y a la Jefatura Distrital de Educación.

Regresando a la consulta de extensión de la educación a los nuevos niveles terciarios y universitarios en Benito Juárez, creo que sería muy interesante poder tener acceso a este nivel de estudios en la ciudad. Sumar a las propuestas ya existentes. Pensar que, en un futuro no muy lejano, esos estudiantes y luego profesionales “devolverán” sus conocimientos a la comunidad. Serán los motivadores sociales, como ciertamente lo hacen las personas que participan de este proyecto. “PENSAR JUAREZ”.

Personalmente creo que todo debe ser trabajo en equipo, con un fin social. Que cada persona debe intentar progresar, tener metas personales y compromisos comunitarios. No necesariamente se debe tener un título universitario tradicional para poder ser exitoso. El estudiar nos prepara para trabajar. Los jóvenes que no saben “que hacer” después de la escuela secundaria deben tener una meta, perseverancia y paciencia. Pongamos de ejemplo a nuestros propios abuelos, la mayoría de ellos inmigrantes que llegaron a la Argentina sin nada, en búsqueda de una vida mejor y que todo lo lograron con trabajo, austeridad, ahorro y perseverancia.

La educación universitaria en la Argentina es gratuita; en los Estados Unidos, como en tantos otros países, es privada y de alto costo. Aprovechen al máximo los múltiples recursos que hoy ofrece la Argentina. En Benito Juárez existen, en mi opinión, recursos humanos muy interesantes que hoy realizan tareas voluntarias. Se vislumbran así aportes de vecinos que, de un modo u otro, conforman a “PENSAR JUAREZ” e inspiran el crecimiento de nuestra hermosa comunidad.

Dra. María Gema Castellanos de DeCain - Médica Oftalmóloga. Washington, DC. Agosto de 2014.