El mate y la tradición

🕔 17 de Marzo de 2016

Una de las formas de tradición más difundida es el mate. Querido compañero del gaucho que acompaña su soledad con conversaciones tranquilas y constantes entre sorbo y sorbo. Actualmente, el mate sigue siendo sinónimo de compartir, sea en familia, un club, una escuela, una empresa o cualquier actividad social.

Algunas personas siguen conservando hermosos tesoros de esta tradición. Piezas de alto valor histórico, como ser las calabazas grabadas con distintas técnicas que nos deleitan con bellas escenas gauchescas, los muy populares virolados de plata, oro y alpaca. También los de losa o porcelana donde se destacan los del pajarito y del angelito. En la década del 1930 y 1940  los mates de vidrio eran también muy aceptados.

No menos importante son las bombillas, algunas de ellas verdaderas alhajas de la platería criolla. El marcado sello artesanal del orfebre deja las marcas de su pulso y el buen gusto. Muy valoradas, en juego con un buen mate. En las primeras décadas del Siglo XX era un valorado obsequio de bodas. Se puede recordar esas cajas color bordó con el interior en raso blanco, donde lucían brillantemente el mate y la bombilla. En Juárez eran reconocidas las que ofrecía Joyería San Martín.

Como infusión también tiene sus secretos de tradición y su protocolo gauchesco. Luego completar la tercera parte del recipiente se debe agitar para sacar la mayor cantidad posible de polvillo. Se lo inclina para que la yerba quede hacia un costado y el agua debe volcarse, evitando un movimiento excesivo, con delicadeza para lograr su mayor durabilidad. Todo lo descripto con la temperatura ideal y evitando la cebadura hasta el borde para que “no se lave”. En las provincias serranas son habituales los mates de yuyos como ser el cedrón, manzanilla y poleo entre otros. El cimarrón, hace referencia al mate amargo, herencia gauchesca ya que le era muy difícil transportar azúcar en su vida nómade. Esta sustancia no se puede humedecer porque al calor lo hace un “pegote” imposible de soportar en el bolsillo del tirador o debajo del cuero de su recado.

Tan importante y arraigado estar “el tomar mate” que se han inventado formas muy prácticas para viajar, funcionando a su vez como mates térmicós, llámese también “maté listo”.

Conservemos esas bellas piezas y sigamos ofreciendo un mate, símbolo de la tradición, la amistad y gentileza.

Hasta la próxima cebadura.!

Prof. Folclore Fernando Santa Cruz

Nota publicada: 17 de Marzo de 2016
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