FilosofÃa con niños en la educación primaria ( Parte II)
🕔 13 de Enero de 2016Filosofía con niños en la educación primaria (Parte II)
En el programa de Filosofía para niños que implementa el Colegio Campos Verdes – Nivel Primario, hace doce años en forma ininterrumpida, las clases de 60 minutos tienen una estructura particular cuyos pasos están fundamentados filosófica y pedagógicamente. Para su desarrollo se leen las novelas sugeridas por nuestro capacitador, Prof. Gustavo Santiago (UBA), para cada año de la escolaridad, cuyos personajes tienen la edad similar a los niños.
Primer año tiene el desafío de adentrase en Filomeno y Sofía (1998) cuyo autor es Gustavo Santiago. Segundo y tercer año, interactúan con Kío y Agus (1982), cuarto y quinto año participa a través de Pixi (1981) y en el último año del nivel, sexto, se enfrentan a distintas situaciones que plantea El descubrimiento de Aristóteles (1969) en las que el empleo de la lógica - aristotélica- los ayuda resolver problemas filosóficos. Estos tres últimos textos son de autoría del creador del programa, Matthew Lipman (filósofo norteamericano).
Semanalmente en la institución, se proponen los siguientes momentos, considerando que el foco de la clase está en la discusión filosófica:
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Disposición circular
El trabajo en comunidad de investigación se basa en el diálogo. Para que ese diálogo entre niños sea posible es que todos puedan atender a quien se está expresando. Este tipo de disposición es más que importante. Que los chicos puedan verse mientras hablan posibilita una comunicación más rica que aquella que tiene lugar cuando están sentados y mirando todos hacia el mismo lado, es decir que no estamos pensando en un docente situado junto al pizarrón, al frente de la clase siendo centro de transmisión de la verdad, sino en un docente que no tiene un lugar privilegiado, que se encuentra en el mismo nivel que sus alumnos. Su rol es coordinar.
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Actividad previa a la presentación del texto
La actividad previa a la lectura del texto (episodio, capítulo de la novela), constituye el momento de ingreso a la clase de filosofía propiamente dicha, siendo su propósito el de crear el clima apropiado para facilitar la reflexión y diálogo. Distintos elementos permiten elegir esta actividad: el texto que se va a leer, el grado de familiaridad con que los chicos utilizan las herramientas filosóficas, el grado de compromiso con las actitudes necesarias para que el diálogo tenga lugar (tolerancia, respeto por la palabra y los silencios de los otros) en la dinámica del grupo.
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Presentación del texto
La lectura por parte del docente en el primer ciclo, es una de las maneras más elementales de presentar el texto de filosofía para niños. En el segundo ciclo, en algunas oportunidades la lectura está a cargo de los alumnos.
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Reconstrucción del texto
Finalizada la lectura del texto, el docente promueve la reconstrucción del mismo con dos objetivos bien claros: enriquecer el grado de comprensión de lo leído y explorar zonas, temas que han despertado interés posibles de discutir filosóficamente, partiendo generalmente de una pregunta muy abierta: “¿qué les pareció más interesante?”.
Si esta reconstrucción resulta insatisfactoria, el docente vuelve a releer. Cuando se ha logrado una mínima reconstrucción es que se procede a elegir el punto de discusión.
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Elección del punto de discusión
Con la conformación de una agenda de preguntas y no por enunciados afirmativos, es que se apuntan las cuestiones que se quieren discutir. Esto permite tener como punto de partida un problema y no un tema. No se trata de elegir el tema principal, sino aquel que resulte en ese momento más interesante. Es el docente quien debe detectar ese interés.
Llegar a formular la agenda de preguntas implica un largo camino. Se trata de que los niños puedan formular preguntas en relación con algo que les haya llamado la atención del texto, pero que al mismo tiempo tenga que ver con su propia vida:? En 1° año durante el primer trimestre, es el docente quien propone la agenda directamente.
Si se logran preguntas diferentes, se selecciona una a partir de la pregunta del docente hacia los niños, en donde en todos los casos es necesario explicitar las razones por la que se quiere comenzar por una pregunta en lugar de otra.
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La discusión filosófica
Constituye el momento central de la clase, aquel que le da sentido al trabajo. Elegida la pregunta a tratar, se invita a responderla. Es conveniente en un primer momento hacer una especie de sondeo general, dando lugar a que sea un gran número de chicos exprese su punto de vista sobre la cuestión planteada. Dejamos claro aquí en este punto, que ni se trata de que los alumnos vayan solamente contestando las preguntas que ellos plantean, sino que investiguen las cuestiones planteadas. Lipman, ha diseñado para esto, una herramienta pedagógica a la que ha denominado como “Plan de discusión” (serie de preguntas planificadas por el docente tendientes a mejorar el nivel de la discusión filosófica. Se preguntarán: ¿por qué más preguntas, si ya tenemos las que los propios chicos han formulado? Justamente las preguntas de los planes de discusión tienen como objetivo colaborar en el tratamiento de las realizadas por los niños. ¿Cuál es la diferencia entre las preguntas de los planes y las de la agenda de los chicos? La relación que ellas guardan entre sí. Como mencionamos, las de la agenda, surgen del interés del grupo, pero las del plan tienen entre sí un vínculo estrecho que permite distinguir dos tipos de planes diferentes: planes lineales ( la relación está dada por el orden de las preguntas avanzando en un sentido determinado), circulares (las preguntas están todas en el mismo nivel con una multiplicidad de perspectivas en torno a un concepto) y planes mixtos (hay secuenciación , pero entre niveles que intrínsecamente son circulares).
Las discusiones siempre quedan abiertas y no hay conclusiones. Por ello aquí resaltamos el rol del docente en este momento: no emite opiniones, sólo modera y guía la discusión propiamente dicha. Pero para que tenga lugar es necesario que tenga cierto cuidado en el empleo de procedimientos filosóficos y a su vez que los temas tratados sean temas filosóficos (la vida, la muerte, la verdad, la libertad, el lenguaje, los sueños, la amistad, el conocimiento , el sufrimiento, entre otros)
¿Qué no es una discusión filosófica? : no es un encuentro para conversar o charlar, no es un espacio para resolver conflictos puntuales, no es un panel de opinadores mediáticos, no es un espacio de lucha entre competidores.
¿Qué diferencia una discusión filosófica de la mera discusión o una buena discusión?: presenta un hilo conductor, se buscan posturas fundamentadas, se construye comunitariamente el conocimiento, se emplean reflexivamente procedimientos filosóficos, hay progreso, se tratan temas filosóficos.
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La actividad de cierre
Responde a diferentes objetivos: finalizar la clase en un clima de alegría, afianzar algún contenido del programa, señalar avances conceptuales de la investigación. Hay que dejar claro aquí en este punto que lo que la actividad cierra es la clase, no la investigación. No se trata de un momento de redondear ni de concluir. Para ello el docente se vale de distintos recursos: una canción acorde al tema discutido, un juego, un dibujo personal o grupal, etc.
En las clases de filosofía para niños, el docente debe ser modelo en procedimientos y actitudes (no en contenidos conceptuales), cuidar que todos los alumnos tengan realmente las mismas posibilidades de participar, coordinar la discusión, lo que implica indicar quien tiene el uso de la palabra, emplear algunas herramienta ligadas a las desarrollo de habilidades del pensamiento que potencien la capacidad de pensar.
Convencidos de esta propuesta institucional de acercar la filosofía a nuestros alumnos, es que continuamos en su puesta áulica, como un desafío permanente de abrir el pensar a sí mismo y a lo nuevo, de pensar entre amigos, compañeros.
Prof. María Paula Pascucci