Juarenses (que debieran ser) inolvidables

La convocatoria a participar del segundo safari urbano el día sábado 30 de mayo, del Pre SOPA 15, preparatorio del Congreso Internacional sobre Educación y Socialización del Patrimonio en el Medio Rural, fue una invitación abierta y muy bien difundida por los coordinadores de esta acción participativa: María Silvina Irouléguy, Maria Elena Bilbao, Ana Julia Bellocchio. Una de las característica de nuestros pueblos bonaerenses es que todos nos conocemos, o estamos de algún modo relacionados, o nos padecemos mansamente con el paso de los años. Todo nos liga y nos permite sentirnos parte de la historia de nuestros vecinos, de nuestros antepasados, de los claros oscuros de nuestra vida cotidiana, que como toda realidad es dinámica y nos permite conformar una gran red de relaciones humanas. El día sábado un grupo de vecinos nos hicimos presente, y en el inicio de lo que íbamos a realizar se dieron las pistas a seguir e identificar lo que emprendíamos. Esto sería, una “recorridas temática por Juárez, encontrarnos con el Juárez que siempre miramos desde una óptica particular, en las personas (que debieran ser) inolvidables”. Se propusieron “algunas personas como disparadores”. “Haciendo que esto sea una construcción entre todos, pretendiendo que sean los presentes los que aporten.” Dando pie a la participación de quien lo desee. En mi caso recorrí con un grabador y una máquina fotográfica. Con el entusiasmo que le imprimieron los organizadores Un dato fundamental para los presentes en el safari, que se trataba de “compartir lo que se caracteriza como memoria, su pretensión que digamos no es un yo sé, sino yo recuerdo”. Teniendo todos el derecho a tener parte de una construcción afectiva colectiva. Las personas representativas fueron elegidas al azar, con bastante consenso y por sector como: trabajo, oficio, quehacer. La elección de las mismas no está terminada, ni lo que se ha obtenido ni la cantidad. Se pensó lo inolvidable no solo lo bueno, pero eso será para otro momento. Personas (que debieran ser) inolvidables José Pifano, Porota Arana, Dr. Esteban Riganti, Umbro Grimozzi, Jacobo Charrúa, Eduardo Carvajal, Ester Marini de Semper, Titina Braile, Juan Cruz Icasto, Ñata Pavía, Dr. Natalio Alonso, Juan José Bernal Torres y Nelly González. Lo que aprendí la tarde del sábado: La vida social, política, educativa y cultural de nuestra ciudad ha sido rica en experiencias humanas. Fue esta una ocasión para mirar la vida de forjadores de instituciones, creadores de proyectos laborales, tesoneros de la vida cotidiana y luchadores en la adversidad. Hay en ellos expresiones de profunda pasión, expresadas con intensidad, aún contradiciendo los cánones de la época que les acarició. Descubrí formas de hacer política en Juárez que anidaban el respeto por el otro, aunque el otro se encontrara en las antípodas ideológicas. Una manera de hacer política entre vecinos, siendo capaces de respetar y ponderar la obra de los demás. Grandes demostraciones de servicio, solidaridad y dedicación profesional en la tarea de todos los días. Cumpliendo con su deber, sin mirar el entorno social. Miré la vida habitual de personas, convertidos en personajes, desde un respeto encomiable por cada uno y una revelación singular: ocuparon y ocupan un lugar profundamente afectivo e imborrable. Pienso que, a los que participamos de este safari, nos quedaron algunos desafíos: (Aunque esta era una reconstrucción colectiva de la memoria.) Conocer un poco más de nuestro pasado, identificar los sitios con las personas, poner una mirada en los hechos cercanos y trabajar para que la memoria de otras muchas personas no quede en el olvido.

Juan Opazo G.